En el nombre de Rocío tenía un objetivo: desmontar algunas de las declaraciones vertidas por la familia mediática de Rocío Carrasco, y para ello, el décimo capítulo se centró en el testamento de su madre, Rocío Jurado, en el que su hija aparece como "heredera universal". Ahora bien, ¿por qué sus allegados más televisivos no estuvieron de acuerdo con algunos de los aspectos que aquí aparecen? ¿Qué motivó la ruptura entre ambas partes?
Por un lado, se explica que "lega a su esposo José Ortega Cano la legítima que por ley le corresponde y que tendrá el derecho de usufructo y participación de la testadora en la ganadería Yerbabuena y en la sociedad". Cuando el diestro no viviese en la finca, esa parte volvería a manos de Rocío Carrasco.
A Amador Mohedano y sus cuatro hijos matrimoniales les dejó por quintas partes iguales una nave de uso industrial en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Gloria y Amador, en partes iguales, recibieron la finca Huerto de San Pedro, mientras que Fernando, hijo de Rosa Benito, la nave industrial El nogal. A Juan de la Rosa le dejó los derechos que Rocío Jurado tenía sobre el apartamento dúplex de Chipiona.
Finalmente, José Fernando y Gloria Camila heredaron la legítima y derecho a una cuarta parte del valor de venta de la vivienda que Rocío Jurado tenía en La Moraleja.
El resto de bienes y derechos, cargas y obligaciones, "instituye heredera universal a su hija Rocío Carrasco Mohedano. Incluye la disposición el valor que presente la mitad del precio de venta de la vivienda de la testadora sita en Alcobendas".
